Nuestra Historia

Nuestra Historia (37)

SE PERDIERON LAS FILIPINAS PARA SIEMPRE.

La guerra de Filipinas se perdió pero el humor de las fallas continuaba adelante y dicen que mejor hechas que otros años, lo que llevo a visitarlas por multitud de personas ya que el tiempo fue bueno y acompañó.

El Ayuntamiento exige mayor seguridad para plantar las fallas y pegarles fuego en las calles estrechas de la ciudad por lo que encargó a los Arquitectos revisar estas calles, siendo prohibidas algunas de las 13 fallas plantadas como las de Plaza de la Pelota, Príncipe Alfonso y calle de La Reina.

SIGLO NUEVO, FALLAS NUEVAS

Con la entrada del nuevo siglo, las fallas querían estar a la altura de las circunstancias, contagiando al Ayuntamiento en la creación de premios para las fallas, nombrando para ello al concejal de ferias y festejos Sr. Anacleto Pastor i Canut, presidente de la comisión de festejos.

La falla de Pintor Domingo parece que tuvo problema con las caricaturas de Blasco Ibáñez y el Dr. Moliner, pues se retiraron sus caras y se colocaron otras en su lugar. Dijeron que eran verdaderas obras de arte. El “llibret” fue retirado, perdiendo toda su gracia por las alusiones que hacía al nuevo Sanatorio que se proyectaba construir para los obreros de los que ellos eran defensores.

La de la Plaza de Toros fue de un estilo y valencianía de buen gusto pero, como siempre, esta falla fue de pago costando el día 18 diez céntimos y veinte el día 19, con música, traca y castillo de fuegos.

Ese año de 1900, comienzo de siglo, tuvo tantos problemas con las censuras y otras causas que afectaron a las fallas. En adelante se perfilaban más artísticas, cada vez las hacían mejores y de más calidad lo que suponía mayor presupuesto para plantarlas en los barrios de trabajadores que era donde se cultivaba la gracia de las fallas. Se plantaron 18 fallas ese año entre las que no hay noticias por escrito que estuviese la de CERVANTES o PADRE JOFRÉ.

Eran los Capitanes Generales los que autorizaban los permisos de todo festejo en la ciudad. El Ayuntamiento los recibía y el Capitán General los autorizaba. Hemos sacado del archivo Municipal algunos párrafos de cómo se autorizaban los festejos- El Capitán General autoriza a Enrique Torralba celebrar fiesta al corazón de Jesús...-El capitán General autoriza al orfeón el Micalet a celebrar una serenata..- Y esto ocurría igualmente con las fallas: se presentaba el boceto, la explicación de la falla y una solicitud con la situación ó emplazamiento de la falla en la calle o plaza.

LAS FALLAS DEL SIGLO XX

El siglo XX trajo la ilusión de las fallas de barrio y esta ilusión se traslado al Ayuntamiento. Un año más, el tiempo no acompañó: como en años anteriores tuvimos lluvia y barro en las calles que no estaban asfaltadas como lo están actualmente y, sobre todo, en los barrios limítrofes y que actualmente son tan céntricos como la Calle Cervantes.

El alcalde y el Gobernador visitaron las fallas como de costumbre, concediendo el Ayuntamiento su premio a la falla Ruzafa-Cirilo Amorós, lo Rat Penat a la calle de las Comedias, la sociedad El Cabas, premio a la falla Maldonado y Els tres Tornillos a la plaza Príncipe Alfonso.

El retoque y la censura en las fallas continuó como otros años, hasta el punto que algunas perdieron toda la gracia. Se plantaron 16 fallas ese año entre las que no encontramos la de Cervantes quizás por no ser céntrica en aquellos años.

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